"La lucha debe ser constante en cada circunstancia de cada día"

Las activistas de “Obertament Balears” hemos decidido hacer una campaña en las redes para el 8 de Marzo de 2021. A causa de la pandemia que estamos sufriendo no es lo más adecuado hacer una gran concentración de personas, como se organiza habitualmente cada 8M. Pero no queremos dejar pasar esta fecha tan remarcable para reivindicar los derechos de las mujeres. Así que este año tenemos que tirar de imaginación y hacer alguna cosa diferente que también llame la atención y fomente que se hable de la discriminación de las mujeres en nuestra sociedad y de la necesaria defensa de nuestros derechos: todos los derechos humanos universales, que, desgraciadamente, son pisoteados con mucha frecuencia todavía cuando se trata de aplicarlos a las mujeres.

Y en el caso de ser una mujer que sufre un problema de salud mental es todavía más frecuente y más fácil la posibilidad de sufrir discriminación.

¡Cuántas veces somos tratadas con paternalismo las mujeres! Principalmente por parte de los padres, pero también por parte de cualquier familiar, amigo, compañero de trabajo…

¡Cuántas veces se nos discrimina en el trabajo a causa de nuestro sexo!

¡Cuántas veces nos han tratado con condescendencia, e incluso con desprecio, en un taller, una tienda, un bar… simplemente por el hecho de ser mujer!

¡Cuántos comentarios machistas hemos tenido que soportar por parte de amigos y desconocidos!

Pues resulta que hemos constatado que las personas que tienen comportamiento machista son todavía más agresivas con una mujer que ha sufrido o sufre algún problema de salud mental. Porque precisamente una persona machista se siente más fuerte ante una persona que considera que está en inferioridad de condiciones. Dentro de su limitado esquema mental una mujer es más débil y ha de estar siempre supeditada a la voluntad y decisiones de los hombres. Así era legalmente hasta hace relativamente poco tiempo: una mujer necesitaba el permiso de su padre, hermano o marido para tener el pasaporte y viajar, para comprar una casa…

Afortunadamente, gracias a la determinación de muchas mujeres valientes y decididas, han cambiado muchas normas y hemos conseguido el derecho a votar y muchas otras cosas. Pero todavía hace falta un cambio social importante, un cambio en la manera de pensar y de comportarse en gran parte de nuestra sociedad.

Evidentemente, serán necesarios muchos esfuerzos y mucho tiempo para conseguir el cambio. Y no se trata de movilizarnos solamente un día al año. La lucha debe ser constante en cada circunstancia de cada día. Pero al mismo tiempo podemos conseguir mayor impacto centrando esfuerzos para hacer patente esta lucha un día especial.

Es por este motivo que celebramos el día de la mujer. Y lo celebramos de manera reivindicativa. Porque, desgraciadamente, vivimos en una sociedad machista que nos discrimina por el hecho de ser mujeres, y doblemente por tener algún trastorno de salud mental. Queremos transformar la sociedad en la que vivimos. Estamos dispuestas a dedicar el tiempo y el esfuerzo que se necesario.

Sabemos que tendremos que trabajar mucho diariamente y que será un proceso largo… No se trata solamente de salir a la calle un día. Está muy bien que un día al año lo recordemos de manera especial, pero lo que es realmente importante es mantener una actitud reivindicativa cada día en todos los ámbitos e ir dando pasos hacia adelante individual y colectivamente.

Son necesarios muchos pasos a nivel de Instituciones, pero es necesaria, sobre todo, la constancia en nuestra actitud personal de defensa de nuestros derechos, de nuestro espacio, a nivel individual, familiar, laboral y social. Es en todos los niveles que se infiltra de manera casi imperceptible el machismo, incluso entre personas que en principio se definen como demócratas y defensoras de los derechos humanos. Son siglos de machismo que llevamos encima. Es necesaria una transformación profunda de la sociedad en la que vivimos. El lenguaje, las actitudes, las maneras de hacer las cosas, de distribuir roles… ¡Hay tantas situaciones en las que, de manera automática, las personas marcan unas diferencias que no tendrían por qué ser así!

Hay gente que no se da cuenta de las consecuencias que las actitudes machistas tienen sobre las mujeres, especialmente cuando son muy jóvenes. Una niña que crece en un ambiente machista puede creer que es natural que se trate con desprecio, desconsideración y paternalismo a cualquier mujer. Puede llegar a pensar que es inferior por el hecho de ser mujer.

Recuerdo haber deseado ser hombre muchas veces durante mi infancia ¡En primer lugar para poder elegir los juguetes que me gustaban! ¿Por qué no podía pedir un coche o cualquiera de los innumerables juguetes interesantes que decían que eran para niños?? Afortunadamente mi madre y mi padre fueron comprensivos y pude disfrutar de un autobús al que se le abrían las puertas y podía introducir pasajeros y un taller mecánico que tenía un montacargas que accionaba con una manivela…

Más adelante para poder practicar deportes y aspirar a trabajos solamente ocupados por hombres en aquellos momentos…

A medida que fui madurando cambié el punto de vista: estoy satisfecha con el género que tengo; lo que no me gusta es cómo tratan a las mujeres en la sociedad en la que vivo. Así que empecé a reivindicar otra actitud hacia las mujeres, una transformación de la sociedad para conseguir una en la que tengamos igualdad de oportunidades y respeto hacia todas las personas, independientemente de su sexo, de sus particularidades, de las dificultades o problemas de salud que tenga, de su raza, su religión…

La primera cosa que me molestaba enormemente era tener que aguantar los piropos cuando caminaba por la calle. ¿Pero qué se creen estos imbéciles? ¡A mí qué me importa lo que harías o dejarías de hacer? ¡Déjame tranquila! Incluso los expresados de manera educada están fuera de lugar. ¡Yo tengo todo el derecho del mundo a caminar por la calle sin que nadie me haga ninguna referencia a mi físico! ¡Y nadie tiene derecho a importunar a una mujer diciendo lo que él piensa sobre su cuerpo! ¡Por maravilloso que sea el comentario!

Una cosa que es muy importante cambiar para no discriminar a las mujeres es la implicación de las diferentes personas de una familia en la limpieza y organización de la casa y en el cuidado de las niñas y niños y personas que necesitan ayuda. ¡Es increíble que cuando una persona se hace mayor no sean todos los hijos e hijas los que se encarguen de ayudarla en sus necesidades, sino solamente sus hijas y sus nueras! O sea que, por el hecho de ser hombre, ¿no tienes capacidad para cuidar a tu madre o tu padre?

Esta carga extra es uno de los motivos que se suman a muchos otros, como el exceso de importancia que le damos al aspecto físico de una mujer, la dificultad para conseguir una valoración adecuada de su trabajo, la discriminación en el momento de dar un ascenso o un cargo directivo… que favorecen la situación de estrés y facilitan que acabemos sufriendo ansiedad, depresión y muchas otras enfermedades.

Y cuando una mujer sufre algún problema de salud mental ya es casi inevitable que sufra un trato discriminatorio, paternalista, e incluso que se vea obligada en muchas ocasiones a aguantar desprecio y violencia.

Como activista de Obertament Balears, ante la celebración del día de la mujer, he querido hacer estas reflexiones para dirigir la atención sobre las dificultades que tenemos las mujeres simplemente por el hecho de ser mujeres, añadidas a los posibles problemas de salud mental que tengamos personalmente y a la patente discriminación por este motivo.

Marisa Mayrata

Activista de Obertament Balears